“Educación rural y transformaciones agropecuarias en
Entre Ríos en el período 1999-2009: una articulación compleja.
Primeras aproximaciones a la temática”.
Janet Cian
Institución:
Facultad de Ciencias de la Educación/Facultad
de Ciencias Agropecuarias. Universidad Nacional de Entre Ríos,
Argentina.
Resumen:
“EDUCACIÓN
RURAL Y TRANSFORMACIONES AGROPECUARIAS EN ENTRE RÍOS EN EL PERÍODO
1999-2009: UNA ARTICULACIÓN COMPLEJA”1
La
siguiente presentación se inscribe dentro PID UNER 2145 “Trama
y dinámica de los procesos innovativos agrícolas de Entre Ríos
(Argentina), período 1999-2009” Facultad
de Ciencias Agropecuarias, Universidad Nacional de Entre Ríos. En
esta instancia expondré las primeras aproximaciones a la línea de
investigación que da titulo a este trabajo, donde se pretende
indagar en la construcción de una red de elementos heterogéneos
que posibilitaron la configuración de una nueva ruralidad en la
Argentina y en la provincia Entre Ríos.
Ahondar
en este proceso de transformaciones materiales y simbólicas
experimentadas en el espacio rural supone considerar el proceso de
“construcción” de un dispositivo que, en esta instancia
podríamos denominar de ruralidad globalizada
(Gras y Hernández: 2009) que alteró
radicalmente el escenario económico, social y ecológico del país
en las ultimas décadas. En esta instancia, me limitaré a exponer
las primeras indagaciones sobre el modo en que estas transformaciones
agropecuarias, encarnadas en este nuevo paradigma,
se incorporaron en las propuestas
curriculares para escuelas agropecuarias durante la transformación
educativa que supuso la Ley Federal de Educación (1993)
Primeras
aproximaciones a la temática
Este
apartado tiene como objetivo ofrecer una vista
panorámica de la configuración de una nueva
ruralidad (Giarraca: 2001) que se ha producido en el territorio
nacional.
Es
preciso recordar que la Argentina, a fines del siglo XIX, se insertó
en el mercado mundial como abastecedora de materias primas de origen
agropecuario, dando lugar al mito de nuestro país como “el
granero del mundo”.
En este esquema el agro ocupó un lugar
central en la generación de divisas que no fue alterado a lo largo
del siglo XX, a pesar de algunos intentos por cambiar esta
situación. Este sector va a comenzar a registrar diversas
modificaciones a mediados de siglo, especialmente vinculadas a la
incorporación de nuevos cultivos, nuevas prácticas
conservacionistas de suelo y de siembra, que van a ir modificando el
panorama agrícola nacional.
Estas
transformaciones se inscriben dentro de llamada “la
Revolución Verde”, proceso de alcance
mundial, inaugurando un escenario económico, político y social que
va a alcanzar su cenit en la década del noventa. Este nuevo contexto
ha sido denominado de diversas formas, ruralidad
globalizada (Gras y Hernández: 2009)
agricultura sin agricultores (Pengue:
2000) modelo de agricultura industrial
(Teubal: 2005)
coincidiendo la mayoría de estos autores en
una serie de características que delinearemos a continuación:
Las
mutaciones registradas en los espacios rurales en los últimos años
deben ser entendidas en perspectiva histórica y como resultado de la
interrelación de múltiples factores.
Los
años noventa se caracterizaron por la consolidación, a lo largo de
los países latinoamericanos, de políticas de corte neoliberal. En
el caso particular de la Argentina estas políticas comenzaron a
aplicarse con la implantación de la última dictadura cívica-
militar en el año 1976.
El
ataque al Estado Benefactor e interventor que se había construido
desde mediados de siglo, tuvo su punto culmine con los gobiernos de
Carlos Saúl Menen (1989-1999). Estas gestiones se caracterizaron por
la aplicación a “rajatabla” de los lineamientos del llamado
Consenso de Washington, donde de los organismos financieros
internacionales (FMI, BID, Club de Paris) establecieron una
configuración económica mundial signada por la apertura económica
irrestricta, la desregulación de los mercados, la flexibilización
laboral, la expansión del endeudamiento externo, colocándo al
Estado en un lugar subsidiario en la prestación de “servicios
básicos” como la salud y la educación, entre otros.
El
agro argentino no quedó exento de estas transformaciones
neoliberales
“En
el sector agropecuario, las medidas neoliberales significaron el
retraimiento del Estado en sus funciones reguladoras (eliminación de
una serie de entes de control: Junta Nacional de Granos, Junta
Nacional de Carnes, Dirección Nacional del Azúcar, Comisión
Reguladora de la Yerba Mate, entre otros) y el afianzamiento en su
rol de garante del libre juego del mercado. Concomitantemente, se
dejaron de lado políticas proteccionistas y redistributivas, se
eliminaron casi todos los impuestos a las exportaciones, se
privatizaron las empresas de servicios y se desmantelaron institutos
públicos de apoyo técnico al agro, siendo el INTA un caso
emblemático.
El
correlato de esta desregulación fue la irrestricta apertura
económica de los mercados y bienes de servicios, lo que en el sector
agropecuario se tradujo, por un lado, en las transnacionalización
del mercado de insumos y, por otro, en una importante presencia del
capital financiero a través de los pooles de siembra y de los fondos
de inversión directa, que (con capitales nacionales e
internacionales) tomaron la actividad agrícola como un espacio de
especulación de alto rendimiento (por momentos, con un 25% de
retorno anual).” 2
Otro
de los efectos de las políticas neoliberales sufridos por el sector
agrario, fue la retracción del Estado del sistema bancario, lo que
implico la desaparición de los créditos destinados a pequeños y
medianos productores agropecuarios.
En
este marco podemos comprender la introducción en 1996 del paquete
tecnológico, compuesto por la soja transgénica, resistente al
herbicida glifosato3,
conocido como “paquete cerrado”.
La generalización de este cultivo junto con la siembra directa,
favorecieron la expansión abrupta de la frontera agrícola
nacional4,
situación estimulada por una coyuntura internacional dominada por la
demanda creciente de commodities5.
Las
consecuencias económicas y sociales de estas transformaciones
implicaron la desaparición de miles de pequeñas producciones
agropecuarias, favoreciendo la concentración de la tierra en pocas
manos; por otra parte la incorporación de espacios rurales no
tradicionales para la agricultura, junto con el uso de agrotóxicos
tuvo graves efectos medioambientales y alteraciones en la salud de
sus habitantes.
Tampoco
se puede dejar de mencionar que la emergencia de nuevos actores
sociales y la consecuente introducción de nuevas prácticas de
manejo de la agricultura asociadas al paradigma de los agronegocios
implicaron cambios abruptos y de impactos diferenciales en la vida
cotidiana de los habitantes de vastas regiones rurales del país.
Entre
Ríos: nuevas ruralidades y transformaciones educativas recientes
En
la provincia de Entre Ríos, las transformaciones políticas,
económicas y sociales que han configurado una nueva ruralidad se han
manifestado de manera diversa:
- En lo que refiere a los espacios rurales, nuestra provincia experimentó una importante expansión de la frontera agrícola, a pesar de que sus suelos tienen una mayor aptitud para la ganadería, este fenómeno se vio favorecido por la introducción del cultivo de soja genéticamente modificada y las innovaciones tecnológicas concomitantes.6
- En relación a la propiedad de la tierra, se han dado modificaciones en el régimen de tenencia de la tierra7, estas han estado dominadas por la desaparición de pequeñas propiedades y la expulsión de habitantes, la eliminación del monte nativo, la desaparición de otras actividades productivas, la alteración de los suelos y la aparición de nuevas formas de organización y gestión de la agricultura.
Esta
sintética caracterización de la situación de nuestro país y de
nuestra provincia nos permite enmarcar las primeras indagaciones
sobre el modo en que estas transformaciones agropecuarias, encarnadas
en este nuevo paradigma de ruralidad
globalizada, se incorporaron en las
propuestas curriculares para escuelas agropecuarias durante la
transformación educativa que supuso la Ley Federal de Educación (en
adelante LFE)
Es
preciso destacar que nuestra provincia se ha caracterizado por ser un
escenario educativo de proyección nacional (Carli: 1992) desde
tiempos de construcción del Estado Nacional e, incluso, con
anterioridad a este. Pionera en el desarrollo de la instrucción
pública y la formación de los maestros normales con el
establecimiento de la primera Escuela Normal del país localizada en
la ciudad de Paraná en 1870 y con la creación en 1904 de la primera
Escuela Normal de maestros rurales, en una localidad próxima a la
misma ciudad, institución que va a ser un faro de proyección
continental en ésta área.
Esta
pequeña reseña histórica nos permite señalar la fecunda tradición
educativa presente en nuestro territorio y que ha ameritado diversos
análisis.
En
esta instancia me detendré en el período comprendido a partir de la
sanción de la LFE (1993) y los cambios que esta supuso, haciendo
hincapié en las propuestas diseñadas para articular el sistema
educativo al mercado laboral. Estas propuestas se materializaron en
los Trayectos Técnico- Profesionales (TTP) que, en la educación
polimodal ubicada en el espacio rural adquirió, principalmente, el
formato en Producción Agropecuaria.
He
destacado párrafos arriba que las políticas neoliberales impactaron
en diversas aéreas de nuestra sociedad. En educación se da en el
año 1991 un conjunto de leyes de transferencia de instituciones
medias y superiores no universitarias dependientes de Nación a las
provincias, sin el consecuente apoyo económico a las mismas.
Éstas
medidas fueron la antesala para la aplicación de la LFE con los
consecuentes cambios que esta supuso en la organización del sistema
educativo, entre los que podemos mencionar:
- la fragmentación del sistema en ciclos acotados Ciclo Inicial- EGB I, EGB II, EGB III, Polimodal y la articulación con los trayectos técnico profesionales;
- la búsqueda de otras formas de financiamiento para cubrir gastos básicos de insumos a través de la presentación de proyectos;
- descentralización y transferencia de responsabilidades sin el consecuente apoyo financiero a provincias ahogadas presupuestariamente;
- centralización del control por parte del Poder Ejecutivos;
- reconversión docente;
- adopción de la lógica empresarial en el ámbito educativo.
En
relación a la educación técnica y la rural, resulta necesario
mencionar que no fueron contempladas dentro de esta nueva normativa
y, además, en la definición de los contenidos curriculares hubo una
fuerte impronta urbanocéntrica.
En
nuestra provincia, las escuelas agropecuarias de creación
provincial, las transferidas de Nación y los bachilleratos
pedagógicos rurales van a experimentar una cierta “homogeneización”
de su propuesta formativa con la implementación de la LFE. Esta
tendencia se va a producir por la aplicación de la Educación
Polimodal con las modalidades que esta ofrecía y los Trayectos
Técnico-Profesionales en Producción Agropecuaria que se
implementaron, los cuales no tenían carácter obligatorio.
Los
TTP se convirtieron, en la mayoría de casos, en la única instancia
de “preservación de la tradición rural”
que caracterizó a estas instituciones, formación que a partir de
ese momento se inscribió bajo el signo de una racionalidad
tecnicista y economicista.
Este
proceso que, en una primera aproximación, podríamos denominar como
“preservación de la ruralidad”
en estos espacios va a estar tensionado por las consecuentes
transformaciones que experimentaba el sector agropecuario, las
demandas del mercado respecto al tipo de profesional que se requería
y las particularidades locales de cada una de las instituciones.
Analizar
estas propuestas formativas requiere considerar dichas tensiones y
los diversos componentes de éstas.
En
esta oportunidad me detendré en la justificación del perfil
profesional que se esbozaba en los documentos bases y las tensiones
que este suscita en el contexto socio- histórico implementado.
El
primer documento base del Trayecto Técnico Profesional en Producción
Agropecuaria fue presentado por el Ministerio de Cultura y Educación
y el Instituto de Educación Tecnológica en el año 1997 y allí se
definen las características que tendrá esta instancia de formación,
se despliega minuciosamente las competencias que deberán desarrollar
los estudiantes, los lineamientos curriculares y la estructura
modular adoptada. Además, se hace una reseña de las entidades y
profesionales convocados para la diagramación del mismo.
Respecto
a la justificación del perfil profesional, es interesante ahondar en
la descripción que se realizaba del panorama agrícola:
“En
los últimos años se han producido importantes transformaciones en
el agro argentino, implicando profundos cambios en la organización
productiva y en la estructura agraria en su conjunto. Esas
transformaciones han comprendido también una innumerable cantidad de
procesos sociales de significativo contraste, ya que han afectado
diferencialmente a los distintos actores sociales involucrados. Esta
heterogeneidad social sumada a las diferencias ecológicas
regionales, genera una gran diversidad
de situaciones socio-agroproductivas.
Como
consecuencia de los procesos de globalización -caracterizados por
profundos cambios en los mercados internacionales agropecuarios- y de
las políticas económicas de apertura, desregulación y
privatización, se han ido forzando ajustes y reordenamientos del
sector agropecuario que identificamos como proceso de reconversión
productiva. En
este marco, la reconversión productiva exigida no puede más que
orientarse hacia un aumento de la competividad, a través del
mejoramiento de la rentabilidad y eficiencia por la vía de
incrementos de productividad, reducciones de costos unitarios y la
adopción de nuevas estrategias productivas”8
Las
transformaciones que contribuyen a la configuración de una nueva
ruralidad fueron entendidas como parte inexorable de los procesos
globales que se estaban dando a nivel mundial, lo cual exigía
subirse “al tren del progreso”
para adaptarse a las mismas y, por ende, se debía repensar la
formación de profesionales acordes a estos requerimientos.
Así
lo manifestaba el documento:
“Estas
tendencias plantean a la producción agropecuaria la exigencia de
poner en marcha estrategias tendientes a la reconversión productiva
relacionadas tanto con la necesidad de adaptarse al cambio
tecnológico
como a la búsqueda de una mayor eficiencia en la gestión
de la explotación y de la superación de modalidades individuales de
actuar a través de mecanismos de asociación
que generen economías de escala. Otro desafío que deben enfrentar
los productores agropecuarios para aumentar la rentabilidad, es la
necesidad de agregar
valor a sus productos,
lo que significa poder integrar “hacia arriba” etapas de
procesamiento o elaboración y de comercialización de sus productos
primarios que les permitan participar en los mercados de consumo
intermedio y final.”9
Las
consecuencias sociales que estas transformaciones trajeron consigo
respecto a la “reducción de mano de obra” son reconocidas, junto
con la aparición de nuevos actores sociales vinculados a las nuevas
formas de organización de la agricultura. Sin embargo, los análisis
de las implicancias sociales queda eclipsadas ante la aparición de
un nuevo tipo de trabajador: “pero
emerge un nuevo tipo de trabajador transitorio ligado a las nuevas
tecnologías y que es más calificado y responsable de equipamiento
muy costoso” y al cual se debía
formar.
La
necesidad de formar este tipo de profesional flexible, innovador,
capaz de adecuarse a los requerimientos de este proceso de
reconversión productiva,
implicará una mayor profesionalización. Para alcanzar este
objetivo, la escuela jugará un rol fundamental al brindar esta
formación acorde con las necesidades que la nueva agricultura estaba
demandando:
Estos
aspectos relativos al impacto de la innovación tecnológica sobre
las tareas productivas y los requerimientos de mayor calificación, o
los referidos a la posibilidad de externalizar tareas, complejizan
los procesos de toma de decisión de los productores que deben
encarar nuevas formas de organización del trabajo en las
explotaciones. Para enfrentar este conjunto de transformaciones los
productores están requiriendo una mayor
profesionalización de su actividad,
tanto en el manejo tecnológico de los procesos productivos como en
la gestión de sus explotaciones.(…) El grueso de los productores,
los medianos y pequeños, probablemente no dispondrán siempre de
aquellas opciones, pero podrán recurrir al asesoramiento de los
programas estatales de apoyo a la reconversión productiva, a la
contratación de técnicos de nivel medio y a las variadas ofertas
formales o informales de capacitación entre las que se encuentran
las del sistema educativo(…).10
A
modo de cierre…
El
siguiente apartado pretende esbozar las primeras conclusiones sobre
la línea de trabajo indagada, describiendo algunas tensiones,
algunos interrogantes y ejes a seguir profundizando.
Tal
como fue enunciado, este primer acercamiento a la temática desde el
punto de vista del análisis documental nos permite observar algunas
de esas tensiones a indagar. Entre ellas podemos mencionar los
desajustes entre las propuestas de formación técnico-profesional en
producción agropecuaria encarnadas en los TTP y que posibilitarían
una formación acorde con los requerimientos que el proceso de
reconversión productiva
que atravesaba el país y la situación real que experimentaban los
destinatarios de estas propuestas, es decir, los pequeños y medianos
productores. Garantizar mayor eficiencia, mayor productividad y
rentabilidad mediante el uso de las innovaciones tecnológicas que
comenzaban a introducirse en el mercado nacional, contrastaba
seriamente con las posibilidades de adquirir dichos insumos en este
periodo histórico.
Siguiendo
esta línea es preciso continuar problematizando la forma de
articulación educación y trabajo (léase mercado laboral) en el
contexto histórico señalado, panorama que se tensionaba aún mas
por la casi desaparición de la educación técnica en este período.
En
un segundo momento de análisis se pretende indagar en los procesos
de apropiación de
estas transformaciones curriculares que
se dieron en las instituciones educativas, tomando cuatro casos de
escuelas agropecuarias con diversa tradición y ubicadas en el
departamento Paraná, territorio que ha experimentado una abrupta
transformación agrícola en el periodo comprendido por el PID.
En
relación a lo anterior, es preciso investigar qué continuidades y
rupturas se produjeron en estas propuestas formativas a partir de la
sanción e implementación de la Ley Nacional de Educación Nº
26.206 (2006).
Bibliografía
AAVV (2010)
“LOS SEÑORES DE LA SOJA. LA AGRICULTURA TRANSGÉNICA EN AMÉRICA
LATINA” editorial FLACSO, Buenos Aires
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N y Orsini, G (2009) “IMPACTOS EN LA ESTRUCTURA AGRARIA POR LA
AMPLIACIÓN DE LA FRONTERA AGRÍCOLA EN BASE A LA EXPANSIÓN DEL
CULTIVO DE SOJA EN LA REGIÓN PAMPEANA: LA HISTORIA RECIENTES EN
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Feldefeber,
M (2000) “Una transformación educativa sin consenso: apuntes sobre
la politica educativa del gobierno de Menem”, en Revista VERSIONES
Nº 11, Centro de Publicaciones Educativas y Material Didáctico
S.R.L, Capital Federal.
Giarraca,
N y Teubal, M (2005) comp. “EL CAMPO ARGENTINO EN LA ENCRUCIJADA.
ESTRATEGIAS Y RESISTENCIAS SOCIALES, ECOS EN LA CIUDAD” editorial
Alianza, Buenos Aires.
Gras,
C y Hernández V (2009) comp. “LA ARGENTINA RURAL. DE LA
AGRICULTURA FAMILIAR A LOS AGRONEGOCIOS” editorial Biblos, Buenos
Aires.
Ministerio de Cultura y Educación. Instituto Nacional
de Educación Tecnológica (1997) “TRAYECTO TÉCNICO- PROFESIONAL
EN PRODUCCIÓN AGROPECUARIA”. Documento Base Edita:
Programa IBERFOP
1
Titulo del proyecto de Beca de Estimulo a las Vocaciones
Científicas del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN)
2
Gras, C y Hernández V (2009) Comp. “LA ARGENTINA RURAL. DE LA
AGRICULTURA FAMILIAR A LOS AGRONEGOCIOS” editorial Biblos, Buenos
Aires: 17
3
“Soja RR Roundup Ready. Roudup es la marca comercial del
glifosato, herbicida al cual es resistente la soja RR. El paquete
tecnológico consiste en combinar esta semilla con el glifosato,
utilizando cantidades cada vez mayores. Tanto la semilla RR como
Roundup son producidas por Monsanto”. En Giarraca, N y Teubal, M
(2005) comp. “EL CAMPO ARGENTINO EN LA ENCRUCIJADA. ESTRATEGIAS Y
RESISTENCIAS SOCIALES, ECOS EN LA CIUDAD” editorial Alianza,
Buenos Aires: 43
4“En
la cosecha 1997/1998 comienza la producción de la soja transgénica,
combinada con la siembra directa. Las estadísticas evidencian un
abrupto salto en la superficie sembrada pasando de casi 2 millones
de ha en 1980/1981 a casi 5 millones en 1990/1991. Hacia 1997/1998
cuando comienza la implantación de la soja transgenica, se utilizan
más de 7 millones de hectáreas”. Ibid:49
5
“(…) la realidad es que el 88% de la soja que se comercializa a
nivel mundial se utiliza para la producción de aceite. Con los
residuos se hace pasta de soja que es usada como forraje. Como lo
explica Rodríguez en su investigación, esto ha significado que en
el Cono Sur se han dedicado menos tierras para
la ganadería y la
producción de trigo, arroz y otros cultivos para producir alimentos
para ganado criado en el extranjero. ¿La soja se destina a los
países que padecen hambre? No, pues los principales importadores de
soja o sus derivados son la Unión Europea, Japón y China”. En
AAVV (2010) “Los señores de la soja. La agricultura transgénica
en América Latina” editorial FLACSO, Buenos Aires:
6
Dominguez, N y Orsini, G (2009) “Impactos en la estructura agraria
por la ampliación de la frontera agrícola en base a la expansión
del cultivo de soja en la región Pampeana: la historia recientes en
Entre Ríos”, editorial Ediciones Cooperativas, Buenos Aires.
7
“Según los datos de los censos agropecuarios de 1988 y 2002
desaparecen en el periodo de 14 años 5.555 explotaciones
agropecuarias pequeñas; por otro lado, se observa un aumento del
tamaño medio del 29% de la superficie en hectáreas por
explotaciones agropecuarias pequeñas” Ibíd.: 36
8
Ministerio de Cultura y Educación. Instituto Nacional de Educación
Tecnológica (1997) “TRAYECTO TÉCNICO- PROFESIONAL EN PRODUCCIÓN
AGROPECUARIA”. Documento Base Edita: Programa IBERFOP
9
Ibid
10
Ibid
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